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jueves, 13 de febrero de 2014

Al fin un poco de inspiracion Vol VII

‘El buscador que sabe lo que busca jamás puede descubrir aquello que le es desconocido’  Krishnamurti

Cuesta mucho escribir cuando la cabeza también se va de viaje. El camino por Medio Oriente fue inolvidable, por la gente, los contrastes, el vivir en una tierra donde el día a día del hombre está marcado por un libro escrito por Dios.
Tradición y modernidad se muestran los dientes. La religión oprimiendo al pueblo. Pero, ¿cuan libres somos los abanderados de la libertad?

De Irán a la India… me pongo el gorro, sino se me vuela le peluca.



Bienvenidos al  Bazar
Se abre la puerta. Hay una gran sala completamente alfombrada. Es espesa, colorida. No hay muebles, solo almohadas. Nos descalzamos y  lanzamos a esta pileta de suavidad y calidez. La sensación es hermosa, tal vez recuerdos de la niñez cuando jugar y estar en el piso era la regla.
‘Salaam Alaikum’ entra el padre saludando. No le dan las manos, trae té y un banquete de frutas.
A Mehdi y Behzad los conocimos en Turquía. Ellos estaban viajando en bici por unas semanas y quedamos en contacto para cuando llegáramos a Tabriz, la primer ciudad grande en nuestro paso por Irán.
Tabriz supo ser una ciudad importantísima en tiempos donde las sedas y las especias eran valiosas y viajaban en camello. Cuenta, entre otras cosas, con el bazar más grande del mundo.
Apenas llegamos a la ciudad, en un ratito, chocan civilizaciones. La gente no para de mirarme y no entiendo bien que pasa hasta que unos chicos se me acercan y me dicen que es por la musculosa.
Nos conectamos a internet y descubro que la mitad de las páginas que quería entrar están bloqueadas. Facebook, You Tube, diarios de Argentina, hasta mi blog! Le pregunto al dueño del ciber que pasa. A través de Google translate me explica que en Irán el gobierno bloquea todos estos sitios. Después abrió un programita llamado Proxy, cambio el IP de la conexión y todo solucionado.
Le escribimos a nuestros amigos que contestaron rápidamente (vía Facebook!) y quedamos en vernos por la tarde. Cuando fue la hora de pagar, el dueño nos dice: ‘No, no, you are my guests’ Sorprendidos dijimos gracias y nos fuimos…primera experiencia con un Taarof

Taarof: Los iraníes son muy hospitalarios, pero también tienen esta extraña tradición de ofrecer cosas solo como un gesto de cordialidad, pero en realidad no te lo están ofreciendo. Ej.: Vas a pagar en un restaurant y el dueño dice ‘sos mi invitado’, pero está esperando que le pagues igual. Es solo un gesto. Confuso. Estuvimos semanas sin saberlo…

Caminamos un poco por las calles. Los que saben ingles se acercan a charlar. Un joven que necesita escupir su bronca contra el régimen nos acompaña unas cuadras. Luego fue el turno de un joven mas amante de la guerra y la religión.
Fue el momento de encontrarnos con nuestros amigos.
La casa de Mehdi esta perdiéndose un poquito por los callejones de la ciudad. Son tan angostos y parecerían carecer de toda lógica. Las mujeres (hermanas y madre) en el primer piso, nosotros vamos al segundo. Solo pudimos ver a la madre alguna vez que se acercó a traer té. ‘Las mujeres en el Islam son como un diamante que solo muy pocos hombres tienen derecho a ver y tocar’ me comentaría una señora religiosa en Omán.
La experiencia con los chicos fue inolvidable. Nos recibieron como reyes. Tan atentos que es imposible no sentirme un egoísta.
Nos deleitaron con la exquisita comida iraní. Conocimos sus amigos que rápidamente nos adoptaron como uno de ellos. Visitamos el bazar, en un día feriado!. Solo estaban los vendedores de alfombras. Hechas a mano las alfombras persas son tal vez las más exclusivas y caras del mundo.
Me acompañan a saludar a mi amigo Azim? No es cualquier hijo de vecina. Acababa de llegar de Nepal, hizo su 12da montaña de más de ocho mil metros de altitud, sin utilizar oxigeno! Quiere ir por las dos que le faltan  para hacer las 14 montañas más altas del planeta.
Como no ir!. Un muchacho tranquilo, sonriente y de pocas palabras, abre la puerta y nos invita a entrar. Cuadros de montañas y el hombre batallando para conquistarlas decoran toda la sala. Estamos ante una eminencia de la escalada. Sin embargo Azim se levanta, busca fruta y pasa ofreciendo a cada uno de los que allí estamos. Luego siguió el té y más tarde dulces iraníes. Las charlas son en turco por lo que nos perdemos un poco las anécdotas. Después de un rato saludamos y pegamos la vuelta. Mi admiración por un tipo que emana genuina humildad, cuando hace lo que muy pocos… coquetear con la muerte para estar un poquito más cerca del cielo.
Un rato tirados en la alfombra. Vamos? Naaaa. ‘Chai?’ Yes!
Visitamos Kandovan, un pueblo construido dentro de piedras que salen de la montaña. Como dedos de roca, un espectáculo de la naturaleza. Perforadas a mano por dentro, para dar refugio en el frio invierno y sombra en el caluroso verano del desierto.
Nunca te queres ir, pero siempre te vas. Las despedidas se vuelven costumbre. Te acostumbras a barajar y dar de nuevo. Eso no significa que no se sienta un dolorcito en el pecho cada km que la bici se aleja.
Llego la hora de partir. Divertido fue cuando , en muestra de agradecimiento, Fede le dio la mano  a la madre de Mehdi, que casi se muere e la incomodidad, ahí aprendimos la lección.
Como no podía ser de otra manera los chicos pedalearon con nosotros por 30 kms hasta que estuviéramos en la ruta correcta. Tessekur ederim mis amigos!!


20 Cucharadas de arena, 5 gramos de opio y una cabeza de oveja

Podíamos ir hacia el este, por la ruta principal a Tehran, pedaleando por el llano. También podíamos ir al sur, bordeando Iraq, por rutas montañosas que nos llevarían a Kurdistán. Nuestra elección fue la segunda.
Apenas salimos de Tabriz el escenario se viste del medio oriente de la televisión. Horizonte gris de arena que vuela, construcciones a medio hacer con inscripciones en persa, las montañas todavía lejos.
Acampamos en un parque (una de las pocas veces que usamos la carpa en Irán) y un chico junto a su tío nos trajeron Kebab para cenar. Los cuidadores del parque son tres chicos sordomudos que tienen una pequeña cabina donde nos invitan a tomar té. Me fascina ver como se comunican. Ellos contentos con sus huéspedes.
El tío del muchacho es medio milico y me incomoda un poco, insiste en que nos quiere traer el desayuno por la mañana. Al día siguiente se aparece con una cantidad de comida para alimentar un ejército. Hay un antes y un después de probar la crema de leche de búfala, con miel, nueces y zenguek (el pan local, siempre calentito).
De nuevo en la ruta la tormenta de tierra y arena es insoportable. De nuevo camellos! Recuerdos del Sahara invaden mi mente por un instante.
No daba para mucho más cuando unos chicos nos paran en la ruta y nos invitan a tomar té. ‘Claro que sí!’
La cara tapada de tierra. La casa de Ali no está mucho más limpia pero por lo menos no hay viento. Ali es un gordo grandote que no habla ingles. Vahid es flaco y chiquito. Tomamos chai y comimos Kebab. Era mediodía pero dadas las condiciones no volveríamos a la ruta.
‘Vieron ‘The Stoning’?’ pregunta Vehid. Resulto ser una película durísima. La historia real del apedreamiento de una mujer en un pueblo de Irán, que luego casi de casualidad pasaríamos en nuestro camino al sur.
Más tarde nos fuimos los cuatro a la pileta. Las mujeres por la mañana, los hombres por la tarde. Es una pileta climatizada donde además hay sauna y jacuzzi. Bien popular. Bueno para aflojar y limpiar el cuerpo. Dentro del sauna los hombres se hacen masajes entre sí. Ali se ofreció y tiro su kilaje para aflojar los nudos de mi espalda.
Ya bien entrada la noche volvimos a la casa. Cenamos y después vinieron algunos amigos de los chicos. El opio es muy popular en estas tierras y nuestros amigos fumaron hasta el amanecer! Dormir no fue fácil, mas teniendo en cuenta que a las siete de la mañana nos levantaron para ir a desayunar algo exquisito: Kalapache! En una olla, dientes, lengua, cerebro, musculo, todo lo que se le puede encontrar a la cabeza de una oveja. Todo cortadito y hecho sopa. ‘No gracias chicos, estoy bien con el chai’. El olor todavía me persigue.
Volvimos, dormimos un poco más y arrancamos.

La tierra de los Kurdos

El frio, las montañas y los kurdos. Todo se vino de golpe.
Como no enamorarme de Kurdistán? Ya nos habían advertido: ‘ Los iraníes somos hospitalarios, pero los kurdos son otra cosa’
Son un pueblo que esta desparramado entre Siria, Turquía, Iraq e Irán. Cuentan con una cultura propia muy fuerte que los ha llevado a luchas eternas contra fronteras que no representan pueblos.
Uno los ve con esos simpáticos pantalones bombachudos, muy parecidos a nuestras bombachas de campo. El bigote siempre esta, cuanto más grueso mejor. El tema con la mujer es mucho más relajado, se acercan, sonríen, hasta tal vez hablan. Las ropas son mas coloridas, alegres.
Una de nuestras primeras noches en estas tierras caímos en las manos de la ‘Red Crescent’ (como acá son musulmanes no tienen la organización Cruz Roja, sino la ‘Medialuna Roja’). La guardia está feliz de recibir visitas (tal vez demasiado?) Sin dudas dormir aquí fue una experiencia única. Luego se repetiría más adelante. Los médicos, el chofer de la ambulancia, los enfermeros, están con un nivel de excitación tremendo. Nos tratan de lujo. Una ducha caliente y un cálido cuarto donde dormir.
‘Sexy movie, sexy movie’ dice uno entre risas y pone una película porno (completamente ilegal en Irán). La situación no podía ser más bizarra! En medio de las montañas, a poquísimos kilómetros de Bagdad, allí estábamos con un equipo de rescate mirando.. sexy movie!. No duro mucho, a las 22 jugaba el Barcelona.
A la mañana salimos a comprar pan fresco en la ambulancia. Esos paseos que no podes dejar de pensar ‘espero no tener que subirme a este vehículo en otra circunstancia’. Desayuno y despedida.
Me sigo riendo solo de ese día.
Una de las consecuencias de las sanciones a Irán por su programa nuclear es que no funcionan las tarjetas de crédito ni de debito, por lo que uno debe entrar con todo el efectivo e ir cambiando en las casas de cambio que encuentra. Pero a veces no se encuentran!
No hay cosa más fácil que viajar sin plata en Kurdistán. Vivimos dos días de prestado por la imposibilidad de cambiar.
En Divandarreh los profesores de ingles de una escuelita nos llevaron a almorzar y tuvimos una interesante charla, tocando temas de religión, economía, etc. A mí me sigue sorprendiendo como se puede vivir en mundos paralelos. Cuando alguien responde ‘ es así porque está en el Koran’ no hay respuesta, simplemente se puede aceptar como dos individuos que hemos mamados dogmas, experiencias que condicionan nuestra visión de la realidad. (Cual es la realidad?). Siempre pensaba que la visión cerrada y limitante era la otra, hoy siento que todos de alguna manera tenemos un Koran.
Filosofía barata y zapatos de goma cantaba El Potro! Volvemos a la ruta
Los profes terminan hasta dándonos un poquito de cambio por si necesitamos comprar algo.
Se nos hizo de noche y el destino nos puso un pueblito de adobe a la izquierda, que parecía una caja de bombones: hay que abrir y disfrutar. Nos metimos por las callecitas que apenas entraban las bicis. Las paredes marrones con escrituras.( El alfabeto árabe tiene algo que me atrapa, es artístico, las curvas, la continuidad, las formas, no lo sé..). Preguntamos por la mezquita, siempre una opción para el vagabundo. Aparece Mr. Nacer y nos lleva a su casa.
En un cuartito al lado de una sala más grande nos sirven comida y chai. En la sala se están juntando los hombres del pueblo. Nunca entendí lo que pasaba pero igual se los cuento. A medida que entran los hombres todos se paran a dar la mano y van formando un gran círculo. Hay mucho silencio. Se sirve comida (arroz con kebab.. para variar jaja) y chai. Sentados en la alfombra cenan y de repente. PUM! Empiezan a hablar todos a la vez por unos segundos, se levantan, se despiden y salen de a uno… loquísimo.
Después de esta exótica cena Mr. Nacer nos lleva a lo de su hijo Aio, donde nos espera mas chai, frutas y… televisión satelital!. Mirar tele en ingles me hace sentir un poco más cerca de casa.
Pasamos la noche en lo de Aio y al día siguiente seguimos nuestro camino.
Visitamos Sanandaj, la capital de la provincia kurda.
Nos hospedaron unos jóvenes kurdos de muy buen pasar, donde el chiste era ‘ tu papa maneja un tractor’. Los pantalones que tanto me gustaban en la capital son poco cool. Trabajar en el campo tampoco. La vida simple y rural es menos preciada por las nuevas generaciones que buscan las luces de la ciudad. Los chicos quieren más occidente.
 El contraste campo-ciudad es muy grande. Es que en la ciudad las reglas del Islam son llevadas al límite, hasta romperlas. Las chicas se tapan solo la mitad del cabello, dejando ver mucho maquillaje y un hermoso trabajo en la peluquería. El manto que debería cubrir el cuerpo ahora es ajustado al cuerpo. Hasta hay fiestas clandestinas con música y alcohol.
Anécdota de color fue ir a comprar alcohol de contrabando. Una botella de vodka armenio requiere un operativo que ni los traficantes de coca hacen!
Seguimos por las montañas, ya saliendo de Kurdistán. No volveríamos a encontrar gente como los kurdos, dudo que la vuelva a encontrar.

Barack te mande un txt, encontré las bombas!

El gobierno iraní tiene miedo. Un gobierno con miedo es, en el mejor de los casos, molesto.
Desde nuestra entrada a Irán nos hicieron sentir controlados. Algunas preguntas en la frontera y a los pocos kilómetros de entrar al país un señor nos para en medio de la ruta y dice ‘Esperen que llamo a la Policía’ (el famoso gordito buchón). Nos toman los datos y seguimos..
El control se hizo más intenso en nuestro paso por Kurdistán. En lugares donde hay mas disidentes no divierte tener extranjeros paseando.
La noche en la ‘Red Crescent’ nos vino a visitar la policía dos veces. Primero policías comunes y después de civil, la policía de investigación. ‘Que haces en Argentina?’ ‘A donde van?’, etc. Fue gracioso que apenas entraron preguntaron si nos podían sacar una foto. Yo medio distraído (en Arg Boludo), me acerco a Fede, lo abrazo y sonrío para la foto, como si fueran curiosos que generalmente piden sacar. ‘No no, sin reír y contra la pared blanca’ ‘Ouuuuuu’ (Imagínense si hubiera llegado la policía en medio de la sexy movie! Era un escándalo!!).
También estuvo la policía en nuestro almuerzo con los profesores. Mientras íbamos para la casa recibieron un llamado donde les preguntaban quieres éramos, adonde estábamos yendo, etc. Cuando entramos en la casa, se cierra la puerta y se saca la batería del celular.
Más curioso aun fue cuando en la cima de un paso de montaña desde una camioneta de la policía lo llaman a Fede que llegaba primero: ‘Vos sos el argentino?’
Un poquito de intimidación. Yo soy el espía del Mercosur!
Lamentablemente íbamos a tener que tratar bastante con la policía por que nos habían dado visas de solo 21 días y nuestro plan era estar casi dos meses… y las extensiones las hacen los de uniforme.
Decidimos probar de extender por primera vez en la ciudad de Hamadan. Aquí nos alojo Nader y su familia. Fue una experiencia hermosa, el calor de una familia que te abre los brazos sin saber absolutamente nada de vos.
Nader decidió acompañarnos a la policía para hacer las extensiones. Poco amigables, pero cuando empezó el interrogatorio. Con Nader de traductor el oficial hace preguntas incomodas queriendo saber hasta a que le sacamos fotos.
‘A donde durmieron anoche?’ Traduce nuestro amigo iraní. Nosotros estábamos durmiendo en su casa!! Pero parece que al gobierno no le gusta la idea de extranjeros dentro de las casas. La improvisación no es mi fuerte , la cara de Nader pedía a gritos una rápida mentira. Tartamudeando digo el nombre del último pueblo donde paramos antes de venir a la ciudad, unos días atrás. De casualidad esa fue una de las pocas noches que pagamos un hostal barato, con lo que el oficial quedo satisfecho con el nombre. Paso..
El interrogatorio siguió con profesión, financiamiento, etc.
Después de todo este estrés los señores decidieron que no nos podían extender por que aun teníamos cuatro días hábiles en la visa…
Mejor para nosotros. Pudimos disfrutar unos días más de la vida familiar y recorrer un poco la ciudad.
Volvimos después de dos días a la comisaria, esta vez sin Nader para que no haya sospechas. La cara del policía cuando nos vio entrar no fue un buen augurio. Después de un rato de espera, nos fuimos con solo dos semanas más de visa…  Íbamos a tener que volver a lidiar en una segunda extensión.
Nos despedimos de Nader y la familia y seguimos camino al sur.

Once upon a time Persia

Seguirán días de temperaturas rozando el cero, lloviznas, hostilidad. Pero con la hospitalidad iraní pedalear es mucho más fácil. ‘Guests are a gift from Allah’
Un iraní que estudia en Italia, Vahid, nos rescata de la ruta cuando se nos venía la noche y nos malcría con su familia durante dos días. Otro señor nos ve recuperando temperatura en un puesto de chai y nos lleva a su casa, al próximo día nos consigue un flete para llevar mi bici hasta la próxima ciudad, el eje de la rueda delantera dijo basta. Así conocimos la ahora famosa Arak (por el reactor nuclear). El mecánico que me arregla la maza (que hacia ruido hace 4mil kms!) después nos acompañó hasta afuera de la ciudad pedaleando, y por la tarde cuando ya estábamos a mas de 70 kms de Arak, se aparece en su auto con dos bolsas llenas de nueces… no sé si me explico… manejó 150 kms para traernos nueces!
Son días en los que estoy muy tranquilo en el silencio y descanso un poco en mi compañero de ruta. Pero la gente espera que hables mucho. ‘Estas bien?’ Estas triste?’ Es que el silencio incomoda. En un viaje tan largo uno no puede estar siempre a mil y aunque me gustaría poder dar toda mi energía en cada encuentro hay charlas que se vuelven repetitivas, y hay veces que simplemente disfruto la paz del observador.


(silencio)


 Cada recuerdo que tengo de Irán esta acompañado de alguien  que nos abrió los brazos y nos ofreció hasta lo que no tenia... no quiero ser injusto.. . por eso  se me está haciendo larguisimoooo…
Pero no se pierdan el final, donde gana el villano!

Luego vendría un rápido paso por Isfahán, una ciudad hermosa, por sus jardines, plazas y mezquitas.
De las montañas al desierto.  Otra noche en la ‘Red Crescent’ no menos excitados que los anteriores (será un requisito cuando los reclutan?), esta vez nos escoltaron por la ruta con sirenas y gritando nuestros nombres en el alto parlante… Jugamos ping pong y dormimos tapados de frazadas en noche bastante heladas.
Llegamos a Yazd pasando por pueblitos hermosos, oasis de palmeras, casas de adobe, mujeres de negro caminando por callejones.
Aquí tenemos que renovar la visa. Es nuestro último día. Vaya suerte agarramos un feriado de cuatro (si cuatro!) días. Hablamos con un oficial por teléfono y nos dijo que lo veamos el primer día hábil. Nada que hacer. A disfrutar un espectáculo único.
En el mundo musulmán la principal división es entre Shiias y Sunnis. Las diferencias surgen con la línea de  liderazgo religioso luego de la muerte del profeta Mohammed. Los Shiias siguieron a Ali, yerno del profeta. Hussein, hijo menor de Ali, luchó contra quienes no lo reconocían como sucesor (Sunnis). Lo que se conmemora en este día es la muerte de su mártir en combate.
 El mundo Shiia se viste de luto. Diez días donde todos están de negro, se llora la muerte, se llora en serio. Se autofragelan en una ceremonia con cadenas (es como una simulación golpeándose la espalda). Las calles están vivas, se reparte chai, dulces y comida gratis durante días. Hay bombos y banderas. Se sacrifican animales en la vereda.
Yazd es particularmente especial, por que conserva mucho la arquitectura árabe y hace todo más espectacular. Mientras me perdía por callejones y me deslumbraba con las mágicas cúpulas de las mezquitas me cruce con un camello rodeado de gente. Horas más tarde un turista me mostraba el video de su triste final. La bestia desplomándose en medio de la calle luego de que un hombre le cortara el cuello.
Con motivo de la conmemoración la ciudad está con mucho turismo, nadie se lo quiere perder. Pero la lógica capitalista a veces no aplica. Unos ciclistas alemanes que conocimos nos dijeron que si íbamos al Silk Road Hotel nos darían alojamiento y desayuno gratis., solo por estar viajando en bici. Suena raro… ‘business is business…’ El Hotel es lindísimo, no porque sea lujoso, tiene un patio interno gigante, donde se respira Persia. Apenas le decimos al dueño que estamos viajando en bici nos dice ‘Me fijo si hay camas y les digo’. Nos dio las últimas dos camas del dormitorio, esas que podía cobrar más caro porque eran las ultimas que le quedaban en tiempos de alta demanda…gratis… todos los días que quisiéramos.
Para hacer más interesante el hotel, durante estos diez días, todas las mañanas, a partir de las cinco, un hombre de la religión dirige una ceremonia, con altos parlantes! Todas las habitaciones tienen puertas al patio interno donde se realiza el evento. Hombres y mujeres se acercan temprano, y mientras desayunan recuerdan y lloran a su héroe.
Con el feriado finalizado fuimos a ver a nuestro amigo policía. Resultó ser uno súper simpático y de buen ingles. Por fin! Esta segunda extensión nos iba a llevar unos cinco días, por lo que nos hicimos un viajecito en bus a Shiraz, con Markus y Denis, dos amigos italianos que conocimos en el Silk.
Cerca de Shiraz se encuentra Persepolis, la que supo ser capital de los Persas (el nido de los malos!, de paso, por que los persas siempre son los malos??). La ciudad no es grande y tiene una excelente vista de todo el valle. Como quedo tapada bajo tierra se ha conservado muy bien.
De chico una de las primeras novelas que leí por mi cuenta fueron los libros de Alejandro Magno. Sus interminables batallas contra los persas eran un viaje para mi imaginación. Los guerreros, las estrategias, las conquistas. Esta ciudad en ruinas fue prendida fuego en el 600 AC por el mismísimo Magno luego de derrotar a su eterno rival. Mágico.
Volvimos a Yazd ( que cómodo es viajar en bus!! Pero que desconexión también!)
Buscamos los pasaportes. Veinte días más en Irán son más que suficientes para llegar al golfo persa. Contentos. Le metimos. Por tres días nos llovió… en el desierto!. Fuimos parando en mezquitas. En la capital del pistacho nos paro el director de deportes y nos llevo a que nos hagan entrevistas en TV y diarios. Acá en India conocí un chico que nos vio en la TV iraní!.
Antes de volver al mar teníamos que cruzar los Zagros (cadena montañosa que cruza buena parte de Irán) . Vistas desde arriba , las montañas parecen el lomo de un cocodrilo. Es un lugar hermosísimo, tantas formas y colores, por momentos hacen un escenario marciano.
Finalmente, después de casi dos meses en Irán, bajamos al nivel del mar… y al calorcito! Llegamos a Bandar Abbas, nuestro puerto de salida. Aquí tomamos el ferry que cruza el golfo, para dejarnos en los Emiratos.

Entendiendo Irán

Quienes son esos dos? Es lo primero que uno se pregunta cuando ve los cuadros de Khomeini y Khamenei en el puesto fronterizo. Sus caras uno las termina viendo hasta en el baño. Los dos barbudos, con turbante y una seriedad intimidante.
Lideres Supremos. ‘Ustedes voten presidente, pero el que manda soy yo’. Luego de la revolución islámica en los 70’ la vida de los iraníes cambio para siempre. Serán presos, a mí entender, de una dictadura religiosa.
Primero con Khomeini, líder islámico de la revolución y tras su muerte Khamenei (todavía en poder). Estos señores tienen la última palabra en el país. Así es como uno se encuentra con un país que recibe un control  estatal ridículo, a través de la policía, para que el comportamiento de la gente no se desvíe de lo que estos hombres interpretan del Koran.
Yo les quiero dar algunos ejemplos de leyes que existen aquí: La ya conocida ley de mujeres obligadas a cubrir todo su cuerpo y su cabello, hasta hace poco hasta el maquillaje era ilegal. Bajo ninguna circunstancia un hombre y una mujer deberían estar solos salvo que sean matrimonio o familiares (ni siquiera pasear en auto!). La música y el baile no existen, son cosas que quitan el foco de atención, que siempre debe estar en el todopoderoso. Obviamente tomar alcohol es completamente ilegal, y de encontrarte con una gran cantidad sospechosa de tráfico puede existir hasta pena de muerte.
Irán es un país muy complejo. Está formado por diferentes pueblos que no comparten la misma cultura. Están la región de Azerbeijan al norte (no el país), con mucha influencia turca, de hecho hablan turco, los kurdos al oeste, los árabes al sur, los beluchis al este, los persas en el centro y norte.
Es un país que cuenta con una enorme clase media, profesional. ‘Nosotros no odiamos a EEUU’ dicen repetitivamente. Es que sus peleas con el gigante del norte significo una parálisis en la economía y en las oportunidades de los jóvenes. (por mas injustas las sanciones).
Son estos jóvenes los que están cansados del control, la religión y las peleas absurdas. Algunos aspiran a una transición moderada a un estado más moderno cuando el líder Khamenei deje de existir. Otros temen que le seguirá el hijo, aun más conservador.
No se puede frenar la ola de un tsunami, y con esto no me refiero que la ola sea buena o mala, pero la ola viene. Con la globalización, especialmente los medios y las redes sociales, indudablemente, despacio o abruptamente, la vidriera de occidente se va a terminar llevando puesto el régimen.

No somos pocos los locos!

Un hombre de pantalón de vestir gris, remera blanca metida adentro del lonpa. Con una sonrisa graciosa nos espera al lado de la ruta, a unos treinta kilómetros de la ciudad más cercana.
Es nuestro segundo día en Irán, nos quedan unos cuantos kilómetros todavía para llegar a Tabriz.
El señor se llama Akbar y está ahí con dos jugos en la mano para nosotros. Nos cuenta que un camionero le aviso de nuestro paso y se vino para recibirnos. Hace más de un año que este cazador de ciclo viajeros se acerca a la ruta cada vez que dos ruedas cargadas van surcando el camino.
Nos muestra las fotos de todos los ciclistas y son taaaantos! Más de 250! No es increíble? Vos llegas a Irán después de pedalear miles de kilómetros y te golpeas un poquito el pecho. Akbar está ahí para decirle a tu ego: ‘Tu no has ganado nada!’ (Chila style)
Después de haber leído la crónica espero haberles transmitido algunas razones para entender por qué tanta gente decide pedalear estas tierras mágicas.


El mar sereno. La luz es de la luna
Delfines acompañan tu lento andar
Tan lejos de casa…
Y ahí aparece el sol, no mucho antes que los rascacielos.
Welcome to the Emirates


Hello Tomorrow!
Llegar a la tierra del mañana viniendo de la tierra del ayer es un shock para cualquier ser humano. Autos nuevos brillantes son lo único que transita las modernas autopistas de incontables carriles. Los edificios compiten por tocar las nubes más altas. Todo está limpio y perfecto. Palmeras, playa… esto no es el paraíso?
Estuve parando unos días en lo del tío de Fede en el emirato de Sharja, al norte de Dubái. Después de unos días partí para Omán. En el medio visite la embajada Argentina en Abu Dhabi, donde tramite, entre mates y alfajores, mi segundo pasaporte de emergencia. Es lindo pisar suelo argentino y que te traten como tal!.
También tuve tiempo para visitar la reina del show: Dubái.
‘Ain't no mountain high enough’ suena mientras las aguas danzantes hacen lo suyo al lado del edificio más alto del mundo. Esto es lo que se respira en los Emiratos: No hay límites.
Del polvo del desierto levantaron ciudades en 40 años. Un modelo basado en plata del crudo y mano de obra barata y a veces esclavizante de millones de indios y filipinos.
Yo lo viví como estar en el corazón de un sistema completamente enfermo. Capitalismo puro. Es la insustentabilidad de todo, no solo por que el crudo un día se termina, o porque un día los indianos van a pedir salarios dignos. Los desiertos no están hechos para que vivan millones de personas. Y la vida que allí se lleva no es una vida austera, simple, es un lugar donde el consumo lo es todo: El shopping más grande del mundo, islas artificiales con forma de palmera, pistas de esquí cuando afuera el agua hierve al rayo del sol, supermercados que ofrecen 45 tipos de naranjas que viajaron desde todos los rincones del planeta para llegar a la góndola.
Es irónico, los jeques le gritan al mundo ‘somos el futuro’. Si todos decidiéramos vivir como en los emiratos, algo que nuestra humanidad no tiene seguro, es futuro.
Al margen, mirar el espectáculo tiene su encanto, no puedo negarlo. Es  que es la mente humana jugando con el planeta, como si fuera plastilina.
Al menos así lo veo yo! Ajaja
Me despedí de Fede y sus tíos. El se quedaba en los Emiratos y yo seguía a puro pedal por la península árabe.
Partí rumbo a Omán. En un día cruce al otro lado de la península, donde fui a pescar con unos emiratis. Volvimos sin nada, pero fue una hermosa experiencia, navegando el golfo de Omán en una mañana planchada.

De Sultanes y Piratas

Bordeando la costa del golfo entre a Omán. La primera impresión es la de un país mucho más humilde que el vecino y con una cultura mas conservada.
Acá también explotan trabajadores asiáticos, hay hasta campos de trabajo!. La diferencia es que la plata no viene del petróleo sino de extensas reservas de gas natural.
Muscat es una ciudad hermosa. La parte vieja es una pequeña bahía rodeada de montañas. Los edificios conservan la arquitectura tradicional. Este lugar fue testigo de grandes batallas entre quienes se peleaban por controlar los mares, ingleses, holandeses, portugueses y hasta piratas se dieron sus vueltas por aquí.
Omán es un país atravesado por una cadena montañosa, algo que sorprendió completamente, pensando que esta región no era más que arena.
Con Aziz, un omaní que me alojo por unos días, hicimos un lindísimo trekking en un wadi. Estos wadis son como valles por donde baja el agua cuando llueve en las montañas.
Después fue tiempo de quedarme con Rachel, Tony y sus hijos. Una familia de norteamericanos, profesores en la universidad. Como era víspera de navidad, me llevaron a unas cuantas fiestas. Como en las películas, los nenes corriendo, los padres charlando, quiero más ponche!
También tuve la oportunidad de ir a ver la opera al Royal Opera House de Muscat. Gracias a Jenny, una amiga colombiana que junto a su madre me pararon al ver mi banderita argentina, tomamos un café y tuvimos una hermosa charla de la vida. El esposo de Jenny trabaja en la Opera y ella me ofreció ir a ver la obra María Stuarda.
A la opera hay que ir elegante. Se imaginan que esa palabra no la conoce mi vestuario. Tony, el norteamericano, me vistió con su ropa. El detalle: Moño, si señores, a la opera de Moño!  
En el espectáculo conocí a Felipe y Euge, dos argentinos que viven en Muscat que días más tarde me invitarían a comer unas empanadas riquísimas y caseras! Genios!
En una de las fiestas de navidad también conocí a Quique y Roci. Una pareja de españoles con los que pase unos días realmente únicos. Estuve unos días parando en su departamento, y basto para que me encariñara. Son chicos sumamente simples, puros.
Un día Quique cargo sus dos perras a su ambulancia transformada en campervan y dijo: Nos vamos a la playa!... Fue una hermosa despedida de estas tierras. La pesca fue pobre, pero la compañía y el escenario no podían ser mejor, con la playa toda para nosotros, las áridas montañas haciendo de anfiteatro, las perras corriendo libres, felices. El sol se esconde a nuestras espaldas.
Sale un pescadito!, pero no alcanza para la cena.
Y de repente una luna enorme aparece detrás del mar, un verdadero amanecer lunar. Para completarla, un hermoso fogón.
Otra despedida triste y partir. Un avión me llevaría al otro lado del mar árabe para desembarcar en un nuevo mundo.


El caos es armónico. Como quien sonríe bajo una lluvia torrencial, pedaleo extasiado. Voy flotando y el ruidoso tráfico no me puede tocar.

El olor de las calles, los árboles milenarios que llegaron antes y nadie los molestó, la gente, los templos, la basura, las vacas.

Es tan humano, todas las virtudes y defectos de una raza tirados en una callejón.

Bombay promete tiempos inolvidables. Después de casi un año y medio en ruta, India me recibe con un cachetazo. Cuando pensaba que empezaba a perder la capacidad de asombro, golpeo la lona.

Atrás quedó Medio Oriente… que con el paso de los días, ya lo empiezo a extrañar.


Perdón por mi falta de síntesis!...  y gracias por todas las respuestas, comentarios, mails. Aunque no respondí todos, lo leo  y lo disfruto muchísimo.
Como siempre, con el corazón!

Pablo

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