‘El buscador que sabe lo que busca jamás puede
descubrir aquello que le es desconocido’
Krishnamurti
Cuesta mucho escribir cuando la cabeza también
se va de viaje. El camino por Medio Oriente fue inolvidable, por la gente, los
contrastes, el vivir en una tierra donde el día a día del hombre está marcado
por un libro escrito por Dios.
Tradición y modernidad se muestran los dientes.
La religión oprimiendo al pueblo. Pero, ¿cuan libres somos los abanderados de
la libertad?
De Irán a la India… me pongo el gorro, sino se
me vuela le peluca.
Bienvenidos al
Bazar
Se abre la
puerta. Hay una gran sala completamente alfombrada. Es espesa, colorida. No hay
muebles, solo almohadas. Nos descalzamos y lanzamos a esta pileta de suavidad y calidez.
La sensación es hermosa, tal vez recuerdos de la niñez cuando jugar y estar en
el piso era la regla.
‘Salaam
Alaikum’ entra el padre saludando. No le dan las manos, trae té y un banquete
de frutas.
A Mehdi y
Behzad los conocimos en Turquía. Ellos estaban viajando en bici por unas
semanas y quedamos en contacto para cuando llegáramos a Tabriz, la primer
ciudad grande en nuestro paso por Irán.
Tabriz supo
ser una ciudad importantísima en tiempos donde las sedas y las especias eran
valiosas y viajaban en camello. Cuenta, entre otras cosas, con el bazar más
grande del mundo.
Apenas
llegamos a la ciudad, en un ratito, chocan civilizaciones. La gente no para de
mirarme y no entiendo bien que pasa hasta que unos chicos se me acercan y me
dicen que es por la musculosa.
Nos conectamos
a internet y descubro que la mitad de las páginas que quería entrar están
bloqueadas. Facebook, You Tube, diarios de Argentina, hasta mi blog! Le
pregunto al dueño del ciber que pasa. A través de Google translate me explica
que en Irán el gobierno bloquea todos estos sitios. Después abrió un programita
llamado Proxy, cambio el IP de la conexión y todo solucionado.
Le
escribimos a nuestros amigos que contestaron rápidamente (vía Facebook!) y
quedamos en vernos por la tarde. Cuando fue la hora de pagar, el dueño nos
dice: ‘No, no, you are my guests’ Sorprendidos dijimos gracias y nos
fuimos…primera experiencia con un Taarof
Taarof: Los iraníes son muy hospitalarios, pero
también tienen esta extraña tradición de ofrecer cosas solo como un gesto de
cordialidad, pero en realidad no te lo están ofreciendo. Ej.: Vas a pagar en un
restaurant y el dueño dice ‘sos mi invitado’, pero está esperando que le pagues
igual. Es solo un gesto. Confuso. Estuvimos semanas sin saberlo…
Caminamos
un poco por las calles. Los que saben ingles se acercan a charlar. Un joven que
necesita escupir su bronca contra el régimen nos acompaña unas cuadras. Luego
fue el turno de un joven mas amante de la guerra y la religión.
Fue el
momento de encontrarnos con nuestros amigos.
La casa de
Mehdi esta perdiéndose un poquito por los callejones de la ciudad. Son tan
angostos y parecerían carecer de toda lógica. Las mujeres (hermanas y madre) en
el primer piso, nosotros vamos al segundo. Solo pudimos ver a la madre alguna
vez que se acercó a traer té. ‘Las mujeres en el Islam son como un diamante que
solo muy pocos hombres tienen derecho a ver y tocar’ me comentaría una señora
religiosa en Omán.
La
experiencia con los chicos fue inolvidable. Nos recibieron como reyes. Tan
atentos que es imposible no sentirme un egoísta.
Nos
deleitaron con la exquisita comida iraní. Conocimos sus amigos que rápidamente
nos adoptaron como uno de ellos. Visitamos el bazar, en un día feriado!. Solo
estaban los vendedores de alfombras. Hechas a mano las alfombras persas son tal
vez las más exclusivas y caras del mundo.
Me acompañan
a saludar a mi amigo Azim? No es cualquier hijo de vecina. Acababa de llegar de
Nepal, hizo su 12da montaña de más de ocho mil metros de altitud, sin utilizar
oxigeno! Quiere ir por las dos que le faltan para hacer las 14 montañas más altas del
planeta.
Como no
ir!. Un muchacho tranquilo, sonriente y de pocas palabras, abre la puerta y nos
invita a entrar. Cuadros de montañas y el hombre batallando para conquistarlas
decoran toda la sala. Estamos ante una eminencia de la escalada. Sin embargo
Azim se levanta, busca fruta y pasa ofreciendo a cada uno de los que allí
estamos. Luego siguió el té y más tarde dulces iraníes. Las charlas son en
turco por lo que nos perdemos un poco las anécdotas. Después de un rato
saludamos y pegamos la vuelta. Mi admiración por un tipo que emana genuina
humildad, cuando hace lo que muy pocos… coquetear con la muerte para estar un
poquito más cerca del cielo.
Un rato
tirados en la alfombra. Vamos? Naaaa. ‘Chai?’ Yes!
Visitamos
Kandovan, un pueblo construido dentro de piedras que salen de la montaña. Como
dedos de roca, un espectáculo de la naturaleza. Perforadas a mano por dentro,
para dar refugio en el frio invierno y sombra en el caluroso verano del
desierto.
Nunca te
queres ir, pero siempre te vas. Las despedidas se vuelven costumbre. Te
acostumbras a barajar y dar de nuevo. Eso no significa que no se sienta un
dolorcito en el pecho cada km que la bici se aleja.
Llego la
hora de partir. Divertido fue cuando , en muestra de agradecimiento, Fede le dio
la mano a la madre de Mehdi, que casi se
muere e la incomodidad, ahí aprendimos la lección.
Como no
podía ser de otra manera los chicos pedalearon con nosotros por 30 kms hasta
que estuviéramos en la ruta correcta. Tessekur ederim mis amigos!!
20 Cucharadas de arena, 5 gramos de opio y una
cabeza de oveja
Podíamos ir
hacia el este, por la ruta principal a Tehran, pedaleando por el llano. También
podíamos ir al sur, bordeando Iraq, por rutas montañosas que nos llevarían a Kurdistán.
Nuestra elección fue la segunda.
Apenas
salimos de Tabriz el escenario se viste del medio oriente de la televisión.
Horizonte gris de arena que vuela, construcciones a medio hacer con
inscripciones en persa, las montañas todavía lejos.
Acampamos
en un parque (una de las pocas veces que usamos la carpa en Irán) y un chico
junto a su tío nos trajeron Kebab para cenar. Los cuidadores del parque son
tres chicos sordomudos que tienen una pequeña cabina donde nos invitan a tomar
té. Me fascina ver como se comunican. Ellos contentos con sus huéspedes.
El tío del
muchacho es medio milico y me incomoda un poco, insiste en que nos quiere traer
el desayuno por la mañana. Al día siguiente se aparece con una cantidad de
comida para alimentar un ejército. Hay un antes y un después de probar la crema
de leche de búfala, con miel, nueces y zenguek (el pan local, siempre
calentito).
De nuevo en
la ruta la tormenta de tierra y arena es insoportable. De nuevo camellos!
Recuerdos del Sahara invaden mi mente por un instante.
No daba
para mucho más cuando unos chicos nos paran en la ruta y nos invitan a tomar té.
‘Claro que sí!’
La cara
tapada de tierra. La casa de Ali no está mucho más limpia pero por lo menos no
hay viento. Ali es un gordo grandote que no habla ingles. Vahid es flaco y
chiquito. Tomamos chai y comimos Kebab. Era mediodía pero dadas las condiciones
no volveríamos a la ruta.
‘Vieron
‘The Stoning’?’ pregunta Vehid. Resulto ser una película durísima. La historia
real del apedreamiento de una mujer en un pueblo de Irán, que luego casi de
casualidad pasaríamos en nuestro camino al sur.
Más tarde
nos fuimos los cuatro a la pileta. Las mujeres por la mañana, los hombres por
la tarde. Es una pileta climatizada donde además hay sauna y jacuzzi. Bien
popular. Bueno para aflojar y limpiar el cuerpo. Dentro del sauna los hombres
se hacen masajes entre sí. Ali se ofreció y tiro su kilaje para aflojar los
nudos de mi espalda.
Ya bien
entrada la noche volvimos a la casa. Cenamos y después vinieron algunos amigos
de los chicos. El opio es muy popular en estas tierras y nuestros amigos
fumaron hasta el amanecer! Dormir no fue fácil, mas teniendo en cuenta que a
las siete de la mañana nos levantaron para ir a desayunar algo exquisito:
Kalapache! En una olla, dientes, lengua, cerebro, musculo, todo lo que se le
puede encontrar a la cabeza de una oveja. Todo cortadito y hecho sopa. ‘No
gracias chicos, estoy bien con el chai’. El olor todavía me persigue.
Volvimos,
dormimos un poco más y arrancamos.
La tierra de los Kurdos
El frio,
las montañas y los kurdos. Todo se vino de golpe.
Como no
enamorarme de Kurdistán? Ya nos habían advertido: ‘ Los iraníes somos
hospitalarios, pero los kurdos son otra cosa’
Son un
pueblo que esta desparramado entre Siria, Turquía, Iraq e Irán. Cuentan con una
cultura propia muy fuerte que los ha llevado a luchas eternas contra fronteras
que no representan pueblos.
Uno los ve
con esos simpáticos pantalones bombachudos, muy parecidos a nuestras bombachas
de campo. El bigote siempre esta, cuanto más grueso mejor. El tema con la mujer
es mucho más relajado, se acercan, sonríen, hasta tal vez hablan. Las ropas son
mas coloridas, alegres.
Una de
nuestras primeras noches en estas tierras caímos en las manos de la ‘Red
Crescent’ (como acá son musulmanes no tienen la organización Cruz Roja, sino la
‘Medialuna Roja’). La guardia está feliz de recibir visitas (tal vez
demasiado?) Sin dudas dormir aquí fue una experiencia única. Luego se repetiría
más adelante. Los médicos, el chofer de la ambulancia, los enfermeros, están
con un nivel de excitación tremendo. Nos tratan de lujo. Una ducha caliente y
un cálido cuarto donde dormir.
‘Sexy
movie, sexy movie’ dice uno entre risas y pone una película porno
(completamente ilegal en Irán). La situación no podía ser más bizarra! En medio
de las montañas, a poquísimos kilómetros de Bagdad, allí estábamos con un
equipo de rescate mirando.. sexy movie!. No duro mucho, a las 22 jugaba el Barcelona.
A la mañana
salimos a comprar pan fresco en la ambulancia. Esos paseos que no podes dejar
de pensar ‘espero no tener que subirme a este vehículo en otra circunstancia’.
Desayuno y despedida.
Me sigo
riendo solo de ese día.
Una de las
consecuencias de las sanciones a Irán por su programa nuclear es que no
funcionan las tarjetas de crédito ni de debito, por lo que uno debe entrar con
todo el efectivo e ir cambiando en las casas de cambio que encuentra. Pero a
veces no se encuentran!
No hay cosa
más fácil que viajar sin plata en Kurdistán. Vivimos dos días de prestado por
la imposibilidad de cambiar.
En Divandarreh
los profesores de ingles de una escuelita nos llevaron a almorzar y tuvimos una
interesante charla, tocando temas de religión, economía, etc. A mí me sigue
sorprendiendo como se puede vivir en mundos paralelos. Cuando alguien responde
‘ es así porque está en el Koran’ no hay respuesta, simplemente se puede
aceptar como dos individuos que hemos mamados dogmas, experiencias que
condicionan nuestra visión de la realidad. (Cual es la realidad?). Siempre
pensaba que la visión cerrada y limitante era la otra, hoy siento que todos de
alguna manera tenemos un Koran.
Filosofía
barata y zapatos de goma cantaba El Potro! Volvemos a la ruta
Los profes
terminan hasta dándonos un poquito de cambio por si necesitamos comprar algo.
Se nos hizo
de noche y el destino nos puso un pueblito de adobe a la izquierda, que parecía
una caja de bombones: hay que abrir y disfrutar. Nos metimos por las callecitas
que apenas entraban las bicis. Las paredes marrones con escrituras.( El
alfabeto árabe tiene algo que me atrapa, es artístico, las curvas, la
continuidad, las formas, no lo sé..). Preguntamos por la mezquita, siempre una
opción para el vagabundo. Aparece Mr. Nacer y nos lleva a su casa.
En un
cuartito al lado de una sala más grande nos sirven comida y chai. En la sala se
están juntando los hombres del pueblo. Nunca entendí lo que pasaba pero igual
se los cuento. A medida que entran los hombres todos se paran a dar la mano y
van formando un gran círculo. Hay mucho silencio. Se sirve comida (arroz con kebab..
para variar jaja) y chai. Sentados en la alfombra cenan y de repente. PUM!
Empiezan a hablar todos a la vez por unos segundos, se levantan, se despiden y
salen de a uno… loquísimo.
Después de
esta exótica cena Mr. Nacer nos lleva a lo de su hijo Aio, donde nos espera mas
chai, frutas y… televisión satelital!. Mirar tele en ingles me hace sentir un
poco más cerca de casa.
Pasamos la
noche en lo de Aio y al día siguiente seguimos nuestro camino.
Visitamos
Sanandaj, la capital de la provincia kurda.
Nos
hospedaron unos jóvenes kurdos de muy buen pasar, donde el chiste era ‘ tu papa
maneja un tractor’. Los pantalones que tanto me gustaban en la capital son poco
cool. Trabajar en el campo tampoco. La vida simple y rural es menos preciada
por las nuevas generaciones que buscan las luces de la ciudad. Los chicos
quieren más occidente.
El contraste campo-ciudad es muy grande. Es
que en la ciudad las reglas del Islam son llevadas al límite, hasta romperlas.
Las chicas se tapan solo la mitad del cabello, dejando ver mucho maquillaje y
un hermoso trabajo en la peluquería. El manto que debería cubrir el cuerpo
ahora es ajustado al cuerpo. Hasta hay fiestas clandestinas con música y
alcohol.
Anécdota de
color fue ir a comprar alcohol de contrabando. Una botella de vodka armenio
requiere un operativo que ni los traficantes de coca hacen!
Seguimos
por las montañas, ya saliendo de Kurdistán. No volveríamos a encontrar gente
como los kurdos, dudo que la vuelva a encontrar.
Barack te mande un txt, encontré las bombas!
El gobierno
iraní tiene miedo. Un gobierno con miedo es, en el mejor de los casos, molesto.
Desde
nuestra entrada a Irán nos hicieron sentir controlados. Algunas preguntas en la
frontera y a los pocos kilómetros de entrar al país un señor nos para en medio
de la ruta y dice ‘Esperen que llamo a la Policía’ (el famoso gordito buchón).
Nos toman los datos y seguimos..
El control
se hizo más intenso en nuestro paso por Kurdistán. En lugares donde hay mas
disidentes no divierte tener extranjeros paseando.
La noche en
la ‘Red Crescent’ nos vino a visitar la policía dos veces. Primero policías
comunes y después de civil, la policía de investigación. ‘Que haces en Argentina?’
‘A donde van?’, etc. Fue gracioso que apenas entraron preguntaron si nos podían
sacar una foto. Yo medio distraído (en Arg Boludo), me acerco a Fede, lo abrazo
y sonrío para la foto, como si fueran curiosos que generalmente piden sacar.
‘No no, sin reír y contra la pared blanca’ ‘Ouuuuuu’ (Imagínense si hubiera
llegado la policía en medio de la sexy movie! Era un escándalo!!).
También
estuvo la policía en nuestro almuerzo con los profesores. Mientras íbamos para
la casa recibieron un llamado donde les preguntaban quieres éramos, adonde
estábamos yendo, etc. Cuando entramos en la casa, se cierra la puerta y se saca
la batería del celular.
Más curioso
aun fue cuando en la cima de un paso de montaña desde una camioneta de la
policía lo llaman a Fede que llegaba primero: ‘Vos sos el argentino?’
Un poquito
de intimidación. Yo soy el espía del Mercosur!
Lamentablemente
íbamos a tener que tratar bastante con la policía por que nos habían dado visas
de solo 21 días y nuestro plan era estar casi dos meses… y las extensiones las
hacen los de uniforme.
Decidimos
probar de extender por primera vez en la ciudad de Hamadan. Aquí nos alojo
Nader y su familia. Fue una experiencia hermosa, el calor de una familia que te
abre los brazos sin saber absolutamente nada de vos.
Nader
decidió acompañarnos a la policía para hacer las extensiones. Poco amigables,
pero cuando empezó el interrogatorio. Con Nader de traductor el oficial hace
preguntas incomodas queriendo saber hasta a que le sacamos fotos.
‘A donde
durmieron anoche?’ Traduce nuestro amigo iraní. Nosotros estábamos durmiendo en
su casa!! Pero parece que al gobierno no le gusta la idea de extranjeros dentro
de las casas. La improvisación no es mi fuerte , la cara de Nader pedía a
gritos una rápida mentira. Tartamudeando digo el nombre del último pueblo donde
paramos antes de venir a la ciudad, unos días atrás. De casualidad esa fue una
de las pocas noches que pagamos un hostal barato, con lo que el oficial quedo
satisfecho con el nombre. Paso..
El
interrogatorio siguió con profesión, financiamiento, etc.
Después de
todo este estrés los señores decidieron que no nos podían extender por que aun
teníamos cuatro días hábiles en la visa…
Mejor para
nosotros. Pudimos disfrutar unos días más de la vida familiar y recorrer un
poco la ciudad.
Volvimos
después de dos días a la comisaria, esta vez sin Nader para que no haya
sospechas. La cara del policía cuando nos vio entrar no fue un buen augurio. Después
de un rato de espera, nos fuimos con solo dos semanas más de visa… Íbamos a tener que volver a lidiar en una
segunda extensión.
Nos despedimos
de Nader y la familia y seguimos camino al sur.
Once upon a time Persia
Seguirán
días de temperaturas rozando el cero, lloviznas, hostilidad. Pero con la
hospitalidad iraní pedalear es mucho más fácil. ‘Guests are a gift from Allah’
Un iraní
que estudia en Italia, Vahid, nos rescata de la ruta cuando se nos venía la
noche y nos malcría con su familia durante dos días. Otro señor nos ve
recuperando temperatura en un puesto de chai y nos lleva a su casa, al próximo día
nos consigue un flete para llevar mi bici hasta la próxima ciudad, el eje de la
rueda delantera dijo basta. Así conocimos la ahora famosa Arak (por el reactor
nuclear). El mecánico que me arregla la maza (que hacia ruido hace 4mil kms!) después
nos acompañó hasta afuera de la ciudad pedaleando, y por la tarde cuando ya
estábamos a mas de 70 kms de Arak, se aparece en su auto con dos bolsas llenas
de nueces… no sé si me explico… manejó 150 kms para traernos nueces!
Son días en
los que estoy muy tranquilo en el silencio y descanso un poco en mi compañero
de ruta. Pero la gente espera que hables mucho. ‘Estas bien?’ Estas triste?’ Es
que el silencio incomoda. En un viaje tan largo uno no puede estar siempre a
mil y aunque me gustaría poder dar toda mi energía en cada encuentro hay
charlas que se vuelven repetitivas, y hay veces que simplemente disfruto la paz
del observador.
…
(silencio)
Cada recuerdo que tengo de Irán esta acompañado
de alguien que nos abrió los brazos y
nos ofreció hasta lo que no tenia... no quiero ser injusto.. . por eso se me está haciendo larguisimoooo…
Pero no se
pierdan el final, donde gana el villano!
Luego
vendría un rápido paso por Isfahán, una ciudad hermosa, por sus jardines,
plazas y mezquitas.
De las montañas
al desierto. Otra noche en la ‘Red
Crescent’ no menos excitados que los anteriores (será un requisito cuando los
reclutan?), esta vez nos escoltaron por la ruta con sirenas y gritando nuestros
nombres en el alto parlante… Jugamos ping pong y dormimos tapados de frazadas
en noche bastante heladas.
Llegamos a
Yazd pasando por pueblitos hermosos, oasis de palmeras, casas de adobe, mujeres
de negro caminando por callejones.
Aquí
tenemos que renovar la visa. Es nuestro último día. Vaya suerte agarramos un
feriado de cuatro (si cuatro!) días. Hablamos con un oficial por teléfono y nos
dijo que lo veamos el primer día hábil. Nada que hacer. A disfrutar un
espectáculo único.
En el mundo
musulmán la principal división es entre Shiias y Sunnis. Las diferencias surgen
con la línea de liderazgo religioso
luego de la muerte del profeta Mohammed. Los Shiias siguieron a Ali, yerno del
profeta. Hussein, hijo menor de Ali, luchó contra quienes no lo reconocían como
sucesor (Sunnis). Lo que se conmemora en este día es la muerte de su mártir en
combate.
El mundo Shiia se viste de luto. Diez días
donde todos están de negro, se llora la muerte, se llora en serio. Se
autofragelan en una ceremonia con cadenas (es como una simulación golpeándose
la espalda). Las calles están vivas, se reparte chai, dulces y comida gratis
durante días. Hay bombos y banderas. Se sacrifican animales en la vereda.
Yazd es
particularmente especial, por que conserva mucho la arquitectura árabe y hace
todo más espectacular. Mientras me perdía por callejones y me deslumbraba con
las mágicas cúpulas de las mezquitas me cruce con un camello rodeado de gente.
Horas más tarde un turista me mostraba el video de su triste final. La bestia desplomándose
en medio de la calle luego de que un hombre le cortara el cuello.
Con motivo
de la conmemoración la ciudad está con mucho turismo, nadie se lo quiere
perder. Pero la lógica capitalista a veces no aplica. Unos ciclistas alemanes
que conocimos nos dijeron que si íbamos al Silk Road Hotel nos darían
alojamiento y desayuno gratis., solo por estar viajando en bici. Suena raro… ‘business
is business…’ El Hotel es lindísimo, no porque sea lujoso, tiene un patio
interno gigante, donde se respira Persia. Apenas le decimos al dueño que
estamos viajando en bici nos dice ‘Me fijo si hay camas y les digo’. Nos dio
las últimas dos camas del dormitorio, esas que podía cobrar más caro porque
eran las ultimas que le quedaban en tiempos de alta demanda…gratis… todos los
días que quisiéramos.
Para hacer más
interesante el hotel, durante estos diez días, todas las mañanas, a partir de
las cinco, un hombre de la religión dirige una ceremonia, con altos parlantes!
Todas las habitaciones tienen puertas al patio interno donde se realiza el
evento. Hombres y mujeres se acercan temprano, y mientras desayunan recuerdan y
lloran a su héroe.
Con el
feriado finalizado fuimos a ver a nuestro amigo policía. Resultó ser uno súper simpático
y de buen ingles. Por fin! Esta segunda extensión nos iba a llevar unos cinco
días, por lo que nos hicimos un viajecito en bus a Shiraz, con Markus y Denis,
dos amigos italianos que conocimos en el Silk.
Cerca de Shiraz
se encuentra Persepolis, la que supo ser capital de los Persas (el nido de los
malos!, de paso, por que los persas siempre son los malos??). La ciudad no es
grande y tiene una excelente vista de todo el valle. Como quedo tapada bajo
tierra se ha conservado muy bien.
De chico
una de las primeras novelas que leí por mi cuenta fueron los libros de
Alejandro Magno. Sus interminables batallas contra los persas eran un viaje
para mi imaginación. Los guerreros, las estrategias, las conquistas. Esta
ciudad en ruinas fue prendida fuego en el 600 AC por el mismísimo Magno luego
de derrotar a su eterno rival. Mágico.
Volvimos a
Yazd ( que cómodo es viajar en bus!! Pero que desconexión también!)
Buscamos
los pasaportes. Veinte días más en Irán son más que suficientes para llegar al
golfo persa. Contentos. Le metimos. Por tres días nos llovió… en el desierto!.
Fuimos parando en mezquitas. En la capital del pistacho nos paro el director de
deportes y nos llevo a que nos hagan entrevistas en TV y diarios. Acá en India conocí
un chico que nos vio en la TV iraní!.
Antes de
volver al mar teníamos que cruzar los Zagros (cadena montañosa que cruza buena
parte de Irán) . Vistas desde arriba , las montañas parecen el lomo de un
cocodrilo. Es un lugar hermosísimo, tantas formas y colores, por momentos hacen
un escenario marciano.
Finalmente,
después de casi dos meses en Irán, bajamos al nivel del mar… y al calorcito!
Llegamos a Bandar Abbas, nuestro puerto de salida. Aquí tomamos el ferry que
cruza el golfo, para dejarnos en los Emiratos.
Entendiendo Irán
Quienes son
esos dos? Es lo primero que uno se pregunta cuando ve los cuadros de Khomeini y
Khamenei en el puesto fronterizo. Sus caras uno las termina viendo hasta en el baño.
Los dos barbudos, con turbante y una seriedad intimidante.
Lideres
Supremos. ‘Ustedes voten presidente, pero el que manda soy yo’. Luego de la
revolución islámica en los 70’ la vida de los iraníes cambio para siempre. Serán
presos, a mí entender, de una dictadura religiosa.
Primero con
Khomeini, líder islámico de la revolución y tras su muerte Khamenei (todavía en
poder). Estos señores tienen la última palabra en el país. Así es como uno se
encuentra con un país que recibe un control estatal ridículo, a través de la policía, para
que el comportamiento de la gente no se desvíe de lo que estos hombres
interpretan del Koran.
Yo les
quiero dar algunos ejemplos de leyes que existen aquí: La ya conocida ley de
mujeres obligadas a cubrir todo su cuerpo y su cabello, hasta hace poco hasta
el maquillaje era ilegal. Bajo ninguna circunstancia un hombre y una mujer
deberían estar solos salvo que sean matrimonio o familiares (ni siquiera pasear
en auto!). La música y el baile no existen, son cosas que quitan el foco de atención,
que siempre debe estar en el todopoderoso. Obviamente tomar alcohol es
completamente ilegal, y de encontrarte con una gran cantidad sospechosa de tráfico
puede existir hasta pena de muerte.
Irán es un país
muy complejo. Está formado por diferentes pueblos que no comparten la misma
cultura. Están la región de Azerbeijan al norte (no el país), con mucha
influencia turca, de hecho hablan turco, los kurdos al oeste, los árabes al
sur, los beluchis al este, los persas en el centro y norte.
Es un país que
cuenta con una enorme clase media, profesional. ‘Nosotros no odiamos a EEUU’
dicen repetitivamente. Es que sus peleas con el gigante del norte significo una
parálisis en la economía y en las oportunidades de los jóvenes. (por mas
injustas las sanciones).
Son estos jóvenes
los que están cansados del control, la religión y las peleas absurdas. Algunos
aspiran a una transición moderada a un estado más moderno cuando el líder Khamenei
deje de existir. Otros temen que le seguirá el hijo, aun más conservador.
No se puede
frenar la ola de un tsunami, y con esto no me refiero que la ola sea buena o
mala, pero la ola viene. Con la globalización, especialmente los medios y las
redes sociales, indudablemente, despacio o abruptamente, la vidriera de
occidente se va a terminar llevando puesto el régimen.
No somos pocos los locos!
Un hombre
de pantalón de vestir gris, remera blanca metida adentro del lonpa. Con una
sonrisa graciosa nos espera al lado de la ruta, a unos treinta kilómetros de la
ciudad más cercana.
Es nuestro
segundo día en Irán, nos quedan unos cuantos kilómetros todavía para llegar a
Tabriz.
El señor se
llama Akbar y está ahí con dos jugos en la mano para nosotros. Nos cuenta que
un camionero le aviso de nuestro paso y se vino para recibirnos. Hace más de un
año que este cazador de ciclo viajeros se acerca a la ruta cada vez que dos
ruedas cargadas van surcando el camino.
Nos muestra
las fotos de todos los ciclistas y son taaaantos! Más de 250! No es increíble?
Vos llegas a Irán después de pedalear miles de kilómetros y te golpeas un
poquito el pecho. Akbar está ahí para decirle a tu ego: ‘Tu no has ganado nada!’
(Chila style)
Después de
haber leído la crónica espero haberles transmitido algunas razones para entender
por qué tanta gente decide pedalear estas tierras mágicas.
El
mar sereno. La luz es de la luna
Delfines
acompañan tu lento andar
Tan
lejos de casa…
Y
ahí aparece el sol, no mucho antes que los rascacielos.
Welcome
to the Emirates
Hello Tomorrow!
Llegar a la
tierra del mañana viniendo de la tierra del ayer es un shock para cualquier ser
humano. Autos nuevos brillantes son lo único que transita las modernas
autopistas de incontables carriles. Los edificios compiten por tocar las nubes más
altas. Todo está limpio y perfecto. Palmeras, playa… esto no es el paraíso?
Estuve
parando unos días en lo del tío de Fede en el emirato de Sharja, al norte de Dubái.
Después de unos días partí para Omán. En el medio visite la embajada Argentina
en Abu Dhabi, donde tramite, entre mates y alfajores, mi segundo pasaporte de
emergencia. Es lindo pisar suelo argentino y que te traten como tal!.
También
tuve tiempo para visitar la reina del show: Dubái.
‘Ain't no
mountain high enough’ suena mientras las aguas danzantes hacen lo suyo al lado
del edificio más alto del mundo. Esto es lo que se respira en los Emiratos: No
hay límites.
Del polvo
del desierto levantaron ciudades en 40 años. Un modelo basado en plata del
crudo y mano de obra barata y a veces esclavizante de millones de indios y
filipinos.
Yo lo viví
como estar en el corazón de un sistema completamente enfermo. Capitalismo puro.
Es la insustentabilidad de todo, no solo por que el crudo un día se termina, o porque
un día los indianos van a pedir salarios dignos. Los desiertos no están hechos
para que vivan millones de personas. Y la vida que allí se lleva no es una vida
austera, simple, es un lugar donde el consumo lo es todo: El shopping más
grande del mundo, islas artificiales con forma de palmera, pistas de esquí cuando
afuera el agua hierve al rayo del sol, supermercados que ofrecen 45 tipos de
naranjas que viajaron desde todos los rincones del planeta para llegar a la góndola.
Es irónico,
los jeques le gritan al mundo ‘somos el futuro’. Si todos decidiéramos vivir
como en los emiratos, algo que nuestra humanidad no tiene seguro, es futuro.
Al margen,
mirar el espectáculo tiene su encanto, no puedo negarlo. Es que es la mente humana jugando con el
planeta, como si fuera plastilina.
Al menos así
lo veo yo! Ajaja
Me despedí
de Fede y sus tíos. El se quedaba en los Emiratos y yo seguía a puro pedal por
la península árabe.
Partí rumbo
a Omán. En un día cruce al otro lado de la península, donde fui a pescar con
unos emiratis. Volvimos sin nada, pero fue una hermosa experiencia, navegando
el golfo de Omán en una mañana planchada.
De Sultanes y Piratas
Bordeando
la costa del golfo entre a Omán. La primera impresión es la de un país mucho más
humilde que el vecino y con una cultura mas conservada.
Acá también
explotan trabajadores asiáticos, hay hasta campos de trabajo!. La diferencia es
que la plata no viene del petróleo sino de extensas reservas de gas natural.
Muscat es
una ciudad hermosa. La parte vieja es una pequeña bahía rodeada de montañas.
Los edificios conservan la arquitectura tradicional. Este lugar fue testigo de
grandes batallas entre quienes se peleaban por controlar los mares, ingleses,
holandeses, portugueses y hasta piratas se dieron sus vueltas por aquí.
Omán es un país
atravesado por una cadena montañosa, algo que sorprendió completamente,
pensando que esta región no era más que arena.
Con Aziz, un
omaní que me alojo por unos días, hicimos un lindísimo trekking en un wadi.
Estos wadis son como valles por donde baja el agua cuando llueve en las montañas.
Después fue
tiempo de quedarme con Rachel, Tony y sus hijos. Una familia de
norteamericanos, profesores en la universidad. Como era víspera de navidad, me
llevaron a unas cuantas fiestas. Como en las películas, los nenes corriendo,
los padres charlando, quiero más ponche!
También
tuve la oportunidad de ir a ver la opera al Royal Opera House de Muscat.
Gracias a Jenny, una amiga colombiana que junto a su madre me pararon al ver mi
banderita argentina, tomamos un café y tuvimos una hermosa charla de la vida.
El esposo de Jenny trabaja en la Opera y ella me ofreció ir a ver la obra María
Stuarda.
A la opera
hay que ir elegante. Se imaginan que esa palabra no la conoce mi vestuario.
Tony, el norteamericano, me vistió con su ropa. El detalle: Moño, si señores, a
la opera de Moño!
En el espectáculo
conocí a Felipe y Euge, dos argentinos que viven en Muscat que días más tarde
me invitarían a comer unas empanadas riquísimas y caseras! Genios!
En una de
las fiestas de navidad también conocí a Quique y Roci. Una pareja de españoles
con los que pase unos días realmente únicos. Estuve unos días parando en su
departamento, y basto para que me encariñara. Son chicos sumamente simples,
puros.
Un día
Quique cargo sus dos perras a su ambulancia transformada en campervan y dijo:
Nos vamos a la playa!... Fue una hermosa despedida de estas tierras. La pesca
fue pobre, pero la compañía y el escenario no podían ser mejor, con la playa
toda para nosotros, las áridas montañas haciendo de anfiteatro, las perras
corriendo libres, felices. El sol se esconde a nuestras espaldas.
Sale un
pescadito!, pero no alcanza para la cena.
Y de
repente una luna enorme aparece detrás del mar, un verdadero amanecer lunar.
Para completarla, un hermoso fogón.
Otra
despedida triste y partir. Un avión me llevaría al otro lado del mar árabe para
desembarcar en un nuevo mundo.
El caos es armónico. Como quien sonríe bajo una
lluvia torrencial, pedaleo extasiado. Voy flotando y el ruidoso tráfico no me
puede tocar.
El olor de las calles, los árboles milenarios
que llegaron antes y nadie los molestó, la gente, los templos, la basura, las
vacas.
Es tan humano, todas las virtudes y defectos de
una raza tirados en una callejón.
Bombay promete tiempos inolvidables. Después de
casi un año y medio en ruta, India me recibe con un cachetazo. Cuando pensaba
que empezaba a perder la capacidad de asombro, golpeo la lona.
Atrás quedó Medio Oriente… que con el paso de
los días, ya lo empiezo a extrañar.
Perdón por
mi falta de síntesis!... y gracias por
todas las respuestas, comentarios, mails. Aunque no respondí todos, lo leo y lo disfruto muchísimo.
Como
siempre, con el corazón!
Pablo